Constituyentes chilenos con la "cancha rayada" por el poder legislativo y gubernamental.
“No podemos, ni queremos olvidar”
Rayado mural en Chile
No alcanza el
entendimiento humano, para comprender, cómo más de la mitad de los chilenos
inscritos en el padrón electoral se hayan abstenido de votar. ¿Les gusta
sufrir? ¿son masoquistas? o ¿perdieron la memoria? Un informe del PNUD nos recordó
que “los chilenos han vivido en un profundo malestar interior”. Se los ha visto
caminar como zombis, degradados y tristes, alienados en el consumismo
neoliberal... alienados hasta decir basta, de nada valió que los inundaran con
tarjetas de crédito, en un Chile donde se privatizó todo, desde el agua hasta la
esperanza. Además de la universal perdida de una “mente crítica”.
En las
recientes mega-elecciones de mayo 15 y 16 de este año, para elegir los
constituyentes, gobernadores, alcaldes y concejales, para sorpresa de muchos, más
de un millón de personas no se hicieron presentes a ratificar su opción
expresada con anterioridad, en el plebiscito de octubre 2020, por el Apruebo o
Rechazo, que ganó el Apruebo, como una decisión soberana de enterrar el
pensamiento pinochetista de la dictadura presente en la Constitución de 1980, vigente
hasta hoy y que ha pisoteado la dignidad del pueblo chileno por más de 40 años,
con la complicidad y desvergüenza de los gobiernos posdictatoriales, que la
legitimaron y profundizaron, sometiéndonos e imponiéndonos una economía
neoliberal, de las más dogmáticas y descaradas del planeta, endeudándonos más
allá de lo soportable. En síntesis y sin tanta palabrería, "al terrorismo
militar, lo reemplazó el terrorismo económico" regresándonos a tiempos de
la colonia.
No olvidar que
durante el llamado “reventón social”, el Presidente Piñera después de decir
"estamos en guerra", convocó a un “Acuerdo por la Paz Social y la
Nueva Constitución”. Allí se produce la primera sorpresa, este proyecto del
gobierno y los partidos de la derecha, es apoyado por los legisladores
independientes y de izquierda. (1)
Se convoca a un plebiscito por el apruebo o rechazo para cambiar la
constitución actual. Gana el “apruebo” y se fija la fecha del 15 y 16 de mayo, para
elegir a las 155 personas que redactarán la Nueva Constitución. Los resultados
de la mega-elección fueron interpretados como un gran triunfo, no obstante, en
relación al trabajo de los constituyentes es necesario reiterar e insistir
hasta el cansancio, que la lucha por una Nueva Constitución, sigue y será muy
dura.
Lo que no deben
olvidar los Constituyentistas es que la llamada Convención Constituyente
Paritaria, fue una idea del Sr. Piñera y sus asesores, no salió de quienes
protestaban masivamente. Lamentablemente para el pueblo chileno ellos, los
defensores de la constitución pinochetista, se adelantaron. Cambiaron el nombre
de Asamblea Constituyente que se exigía en las calles, por Convención
Constitucional, por eso se dice que "rayaron la cancha", es decir,
establecieron el cómo, cuándo, dónde, qué se debía debatir y qué temas no se
deben tocar, para aprobar o no, con dos tercios de la votación, que felizmente
no lograron obtener.
Por eso me
pregunto, qué estamos celebrando respecto de la Nueva Constitución, si aún no
hemos hecho ni el hueco para enterrar la actual constitución ilegal, que lleva
más de 40 años de vigencia, usada, legitimada y profundizada por los
presidentes de la llamada democracia: Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet (Concertación/Nueva
mayoría) y el inefable Sr. Piñera.
En resumen,
para hablar de triunfo de un pueblo, aún se tiene que debatir, sin transar. Los
Constituyentistas por una NUEVA CONSTITUCION, versus los "convencionistas"
de la derecha y Piñera, que votaron el “Yo Apruebo CONVENCIÓN CONSTITUYENTE”
(la trampa) para hacer reformas que protejan sus privilegios, finalmente que no
haya una nueva Constitución y todo siga igual, pero maquillado.
El agravante es
que la pandemia ha desnudado y dejado al descubierto las miserias humanas del
neoliberalismo, las carencias, desigualdades, el egoísmo, la miseria y ¡cuidado!...
vemos cómo la derecha depredadora está asustada y busca salvarse. Hemos visto,
leído y oído cómo capitalistas, neoliberales y empresarios de todo el mundo,
hoy están hablando de "progresismo", de que hay que reducir la
desigualdad y de un "capitalismo humanizado" etc. ¿quién se lo puede
creer? sólo ellos mismos.
La abstención
se puede justificar de muchas maneras: que la pandemia lo hace todo más
difícil, que la movilización programada, que el transporte público en ciertas
zonas ineficiente y en otras inexistente, que las normas sanitarias, que el
tipo de instrumento (papeletas), que la cantidad de candidatos y para qué cargo
se postulaba, que los adultos mayores, que los chilenos en el extranjero no se
les permitió votar, etc. Mis compañeros y amigos con quienes hablamos de lo difícil
iba a ser votar en Chile, algunos literalmente me dijeron, "de achaques
mueren los pavos” hay miles de razones y circunstancias, para justificar la
abstención… pero lo grave, es que ésta existió y hay que combatirla siempre. Es
posible que me equivoque, casi siempre suele pasarme por la distancia o
desinformación, no pretendo tener la verdad absoluta en lo que digo, además que
ella no existe. Sólo me extraña que haya personas que no les preocupe ese 60 %
de abstención en Chile, repito, incluyen más de un millón de votos que sí
estaban en el “yo apruebo” ¿Por qué? Algunos analistas pensando en ese más de
un millón de votos de quienes protestaban, que votaron por el APRUEBO, pero en
esta elección de constituyentes brillaron por su ausencia, correspondería a un
concepto global nuevo: "desconexión con la realidad", especialmente
en los jóvenes sin formación política, quienes en las protestas estarían funcionando como
un propelente peligroso, útil sólo para la primera línea de los enfrentamientos, no hay quién los convenza que vayan a votar,
no tienen confianza ni en sus parlamentarios por el engaño permanente de la
clase política. Eso me hizo pensar, en la propuesta constitucional venezolana:
cambiar la democracia representativa por una democracia participativa y
protagónica.
Lo acontecido
me recordó también, una nota que escribí hace algún tiempo "No basta con
indignarse", refiriéndome a los indignados de España, que cuando los
reprimieron y desalojaron, pusieron sus carpas al hombro, se fueron a sus casas
desmovilizados, incapaces de organizarse. Vino la elección presidencial del
2011, la mayoría no votó dejándole el camino libre a Rajoy, el neofascista
mayor, que ganó la presidencia… entonces, me preguntaba ¿de qué les sirvió la
indignación? A los jóvenes de nuestros
países, -lo digo por experiencia docente/política- creo que hay que
conectarles, un cable a tierra, a su propia realidad. Las protestas no son un “reality
show”, son brutal represión policial, son vidas que se entregan, la sangre que
corre no es virtual ni salsa de tomate, ellos bien lo saben porque lo sufren
cada vez que salen a las calles, pero insisto: no es suficiente.
Finalmente, se
debe saber con claridad, que lo que está pasando no es solo en Chile, es tan planetario
como la pandemia, tampoco hay que pensar que es pasajero y con una nueva Constitución,
todo se solucionará como por arte de magia. No va a pasar así, porque el daño
que hizo la dictadura, su constitución y los gobiernos de la posdictadura es desmesuradamente
profundo.
https://aporrea.org/busqueda/ortizpozo y en su Blog Del Grito a la Palabra http://ortizpozo.blogspot.com
la industria cultural masiva del entretenimiento perpetúa el sistema capitalista.” Caracas, Venezuela.
NOTA
1. Acuerdo Por la Paz Social y la Nueva Constitución
Declaración efectuada el 15 de noviembre de 2019, suscrita por diversas fuerzas
políticas, a partir del acercamiento de las distintas visiones sobre la
necesidad de revisar la institucionalidad vigente.
Antecedentes: Fuad Chain,
presidente del Partido Demócrata Cristiano; Álvaro Elizalde,
presidente del Partido Socialista de Chile; Heraldo Muñoz, presidente
del Partido Por la Democracia; Luis Felipe Ramos, presidente
del Partido Liberal; Catalina Pérez, presidenta del Partido
Revolución Democrática; Jacqueline van Rysselberghe, presidenta
del Partido Unión Demócrata Independiente; Mario Desbordes, presidente
del Partido Renovación Nacional; Hernán Larraín, presidente
del Partido Evolución Política; Javiera Toro, presidenta
del Partido Comunes; Carlos Maldonado, presidente del Partido
Radical y Gabriel Boric, firmaron este acuerdo que sienta las bases
de un Proceso Constituyente para Chile. La propuesta incluye un plebiscito para
abril de 2020, en el cual se harán dos consultas: si se quiere o no una nueva
Constitución y qué tipo de órgano debiera redactarla: una Convención
Constitucional (Asamblea Constituyente) o una Convención Mixta Constitucional.
Esta última instancia estaría
conformada en un 50% por miembros elegidos por la ciudadanía y en 50% por
parlamentarios, los cuales -de ser escogidos para esa instancia- cesarán de su
cargo apenas el Servicio Electoral (SERVEL) acepte su candidatura a la
asamblea.
El órgano constituyente
elegido por la ciudadanía tendrá como único fin redactar la nueva Carta
Fundamental, sin afectar las competencias y atribuciones de los demás órganos
de Estado. No podrá alterar los quórums ni procedimientos para su
funcionamiento y adopción de acuerdos. Su plazo será de nueve meses, que podrá prorrogarse
por una sola vez, por tres meses más. Una vez cumplida la tarea que le fue
encomendada, este órgano se disolverá. Se estipula en el acuerdo que, sesenta
días posteriores a la devolución del nuevo texto constitucional por parte del
órgano constituyente, se realizará un referéndum ratificatorio con sufragio
universal obligatorio.
Fuente: https://www.bcn.cl/procesoconstituyente