Creo que las reflexiones y ensayos para la comprensión de
nuestra realidad son importantes… pero mucho más importante, es la
transformación de esa realidad que rechazamos. En este caso, me referiré a la
posibilidad de transformación de nuestro entorno a través de la creación
artística.
Estoy consciente de los prejuicios sociales que rodean a
los artistas y que todos conocemos, que no son, sino producto del
desconocimiento y miedos a nuestra imaginación creadora.
Quisiera transmitir mi convencimiento que la Universidad
Andina es hoy un territorio fértil para que en su futuro se vea enriquecida por
el fomento de las artes.
“En el estudio superior de las
humanidades (universidad), es fácil advertir el lugar que le corresponde a las
ciencias de la naturaleza y del espíritu, sin embargo no siempre es posible
asignar el justo lugar que en tal programa le corresponde al arte.
Hace bastante tiempo que las
universidades europeas y latinoamericanas, admitieron en sus facultades y
escuelas algunos institutos de enseñanza artística, conservatorios de música,
escuelas de pintura y escultura, de artes aplicadas o de danza y teatro,
orquestas, museos, etc.
La importancia concedida a los estudios
artísticos especializados y a la difusión de las artes en el público,
enriqueció la forma y los contenidos académicos tradicionales.
Cada una de las funciones
clásicas de la Universidad, en su expresión adaptada a las circunstancias
particulares de Latinoamérica, resultaron favorecidas por el fomento de las
artes.
Su eventual exclusión ha
significado arrastrar una existencia lánguida y ultraprovinciana, en un
ambiente cultural de suyo pobre”.
TEXTO COMPLETO DE LA CONFERENCIA:
PRACTICAS ARTÍSTICAS DOCENTES Y DIVERSIDAD DE CONTEXTOS
Reflexiones para la Comprensión y Transformación del Entorno a través de la
Creación Artística
Prof. Aníbal Ortizpozo
“Entonces, creemos
humanidad,
otra humanidad.
Asumamos todos los días
el oficio de
humanizadores.”
Ortizpozo
He aquí que me encuentro buscando las coordenadas de una
frontera y cómo transgredirla transversalmente desde adentro y afuera. Adentro
están las instituciones del saber académico de la enseñanza de las artes
plásticas y afuera un entorno con otros saberes, no académicos, incluidos los
relacionados con la producción artística. Para el abordaje de este transitar es
necesario poner los pies firmes sobre zonas definidas para no estrellarse, ni confundirse
en medio de la vastedad y diversidad de contextos, instituciones y movimientos
artísticos.
Además se tiene la dificultad en el uso del léxico
técnico para las artes que no siempre son iguales en cada país y la redenominación de los términos en los
intentos modernizadores y el “postcualquiercosa” en el discurso académico, que no
facilitarán la comprensión de lo que se
entiende por cultura, interculturalidad, arte, artistas, participación,
academicismo, injerencia, globalización etc.
De las respuestas a la pregunta ¿para qué y para
quién(es) usar la enseñanza de las artes plásticas y visuales como estrategia
para comprender y transformar el entorno y la cultura? También depende de qué
necesitamos transformar, ¿Cómo?, ¿Con quiénes?, ¿En el marco de cuáles
relaciones?, y ¿Con cuáles propósitos?.
Para la comprensión del entorno debemos incluirnos,
haciendo uso de la crítica y autocrítica.
Quienes trabajamos en el campo del arte y la cultura, debemos
reconocer que hay artistas "consagrados” que conducen y manipulan de modo
vertical y tiránico a grupos de jóvenes creadores; que hemos oído afirmar a
jóvenes estudiantes de arte que “el mejor artista es el que más vende”; que hay
maestros mediocres que forman “discipulitos” a su imagen y semejanza; que existen
curadores y críticos que arman estilos, mientras simultáneamente, hacen el
papel de marchands; que hay hacedores de modas del mercado artístico que
encabezan tendencias a veces totalmente falsas; que aún hay profesionales
universitarios que entienden la cultura, sólo como lo artístico y lo artístico
como lo superior; que han surgido voces en nuestro entorno latinoamericano nos
hablan de mil maneras, susurrándonos y a gritos como: “no al éxito, dinero y poder obtenidos por cualquier medio” como lo
hizo el poeta mexicano Javier Sicilia, lacerado por el dolor de un padre que ha
perdido a su hijo a manos de las mafias del narcotráfico, cuando expresó: “no
escribiré más poemas, este mundo no merece la palabra” (1).
El contexto social y económico que rodea la producción
artística es engañoso, los creadores serios, que son una minoría, evitan las
trampas presentes en el sistema y circuito del arte, al respecto José Carlos
Mariátegui ha escrito sin contemplación: “La burguesía quiere del artista un
arte que corteje y adule su gusto mediocre” (2)
Por todo ello, reitero e insisto, que para la comprensión
y transformación del entorno es necesario estar claro dónde estamos parados y
hacia dónde queremos ir, ahorrarnos la retórica grandilocuente, sin
consecuencias prácticas en la realidad. Usar el sentido común cuando se nos
advierte que desde/y en el campo del arte y la cultura los cambios no se
decretan, ni se logran de la noche a la mañana. Cambios que suponen primero la
transformación interior en nosotros mismos.
Pensando en las fundaciones
del origen de la actividad artística.
Las encontramos agazapadas dentro de uno o altamente
desarrolladas, las expresiones llamadas “artísticas” plásticas, musicales,
literarias, son connaturales al todo ser humano, parecen venir impresas en la
cadena genética de cada uno, irrumpen en nuestras vidas aliadas a la fuerza
propulsora de la imaginación, desde las fundaciones del origen del hombre.
La risa, el llanto, el laleo, el garabateo, el silencio y
el movimiento son nuestras expresiones primarias. El garabateo, por ejemplo
suele ser la primera expresión gráfica, sujeta a sanciones o regaños paternos
cuando el soporte donde se garabatea o raya es un mueble nuevo o una muralla
recién pintada.
Las expresiones orales “…ta ta… ma ma…” se desarrollan
hasta el dominio de la palabra, mientras las expresiones gráficas permanecen
reprimidas, hasta tropezar con las tareas dirigidas de la educación inicial o
preescolar de rellenar plantillas y libros para colorear realizadas con
lenguajes de adultos. A estos aspectos se refiere una afirmación que he hecho y
no me cansaré de repetir “Es desde la
infancia que se debe estimular las capacidades liberadoras y expresivas, que
son justamente las que promueven la imaginación en las artes, para contrarrestar
la tendencia a la petrificación masificada de la vida” (3)
Lo que llamo fronteras
adentro
Es necesaria la visivilización de zonas incómodas en los
campos de la práctica de la enseñanza las Artes (artes visuales, música,
literatura, danza) en la educación general, –preescolar, primaria, secundaria y
universitaria–. Si nos preguntamos por la función del arte dentro de estos
niveles de educación, queremos saber en qué medida, todo plan de estudios, con
la elasticidad que debe caracterizarlo, deberá incluir estudios o prácticas
artísticas, con fines de formación general y bien equilibrada de los
estudiantes, así como la visualización del entorno susceptible del cambio.
Hasta hoy la equívoca existencia del arte en esos planes y programas sigue
siendo una preocupación permanente y al mismo tiempo un problema cuyas
soluciones no son las más satisfactorias.
Por ello, es necesario que en todos los campos de la
educación y en especial el de las artes plásticas, la revisión constante de sus
programas, contenidos, metodología de la enseñanza-aprendizaje, formación de
los docentes, evaluación, manipulación de los materiales y acceso a los
instrumentos de trabajo, incluyendo la tecnología de punta.
Las experiencias en la docencia artística “cobran una importante dimensión en un mundo
que crece aceleradamente donde la automatización y tecnificación nos conduce a
la cesantía eventual de la mente y de las manos.” (4)
No resulta difícil concluir, que de la claridad que
tengamos en la comprensión de la función que el arte cumple en la formación del
hombre, dependerá que en los programas de educación general y en la formación
de profesionales universitarios no se
excluyan, ni disminuyan las actividades artísticas permitiendo con ello la
formación de un hombre equilibrado, capaz de perfeccionar el diálogo con sí
mismo y con los demás. (5)
Desde afuera de la
frontera
Si me he referido a una “frontera adentro”, veamos qué
hay afuera de esa frontera. Caminar nuestros entornos suele darnos gratas
sorpresas, especialmente cuando encontramos obras de talentosos creadores que
nunca asistieron a una escuela de “bellas artes”, son los que en Latinoamérica
suelen ser denominados como “ingenuos” –naif- “instintivos”, ”primitivos” o
“populares”; se trata simplemente de autodidactas, nacidos de la autogestión y
la perseverancia. Están allí, en zonas urbanas o regiones campesinas, proceden
de aislados pueblos indígenas o de espacios de reclusión como cárceles y
hospitales psiquiátricos. Su producción artística sus lenguajes, no tienen nada
que envidiar a artistas de sólida formación profesional académica. Es “el otro
lado del arte” (6), los museos del mundo los han incorporado a sus colecciones.
Su existencia nos permite interrogarnos, acerca de nuestra relación con ellos,
como actores sociales que están fuera del sistema educativo artístico formal y
de enseñanza de las artes plásticas y visuales.
¡¡Última hora, buena noticia!!, para aquellos que aún no se han enterado, el
entorno se está transformando permanentemente gracias a prácticas intelectuales
que tiene lugar fuera de las instituciones académicas, Universidades, Museos,
Centros Culturales, públicos o privados. Prácticas interculturales que debemos hacer visibles y reconocer, si queremos
interactuar con nuestro entorno a través de la enseñanza del arte.
Me estoy refiriendo
a los “saberes” propios de nuestro pueblo, voces escritas o habladas, presentes
en nuestras comunidades, que son permanentemente invisivilizadas, por quienes
usan el saber académico, como poder, cuando no, son robados por las
transnacionales del poder industrial, especialmente farmacéutico y agrícola.(7)
Es público y notorio la existencia diversos movimientos
organizados en nuestras comunidades en torno a expresiones musicales; movimientos
de artistas visuales; el trabajo de los humoristas gráficos; el de los
cineastas; el teatro de la calle y sus variados movimientos; todos los movimientos
intelectuales indígenas; el de los familiares y víctimas de la represión y la
violencia; los frentes de liberación nacional y su manejo de lo simbólico; movimientos
afro-latinoamericanos; movimientos feministas y sus intelectuales; movimientos
de los derechos humanos; el de la creación de diversos tipos alternativos de
universidades; experiencias de educación popular y animación socio-cultural.
Señala el profesor Daniel Mato en su programa de colaboración intercultural en
relación a estos movimientos “de ningún
modo apunta a dar voz a los sin voz, pues cada uno de ellos tiene su propia voz”,
ni tampoco a “legitimar sus saberes”
pues sin ninguna duda son legítimos. (8)
Podemos afirmar entonces, que tenemos muchas
posibilidades de colaborar unos con otros, sí es posible que artistas y
docentes puedan intervenir en los procesos sociales en marcha, con naturalidad
y sentido común. Propongo no cerrarnos al diálogo por ningún motivo; echémonos
los cuentos, tenemos mucho que aprender unos de otros, si coincidimos, tal vez
podríamos caminar juntos, si no, respetar el ser diferentes, -la otredad- para
poder exigir el legítimo derecho humano de vivir en paz.
PARA SEGUIR LEYENDO:
1. Javier Sicilia, “Estamos hasta la madre. Carta abierta
a los políticos y criminales”, Semanario Proceso, México, 27 de mayo 2011.
2. José Carlos Marátegui, “El artista y la época”,
Volumen 6, Colección obras completas, Biblioteca Amauta 1987, Lima, Perú.
3. Aníbal Ortizpozo, “Las Artes y la Educación General”;
Revista digital ENCONTRARTE Nº 117, 01 noviembre 2009 / Publicado en www.ortizpozo.com
4. Aníbal Ortizpozo, “Contrarrestar la Tendencia a la
Petrificación Masificada de la Vida” Septiembre 2009. Artículo ampliamente
publicado en Internet: Debate Cultural; ENCONTRARTE; Sur y Sur; Memoria chilena
y otros.
5. Aníbal Ortizpozo, “Carta abierta a los artistas,
docentes y estudiante de arte de Latinoamérica” Blog Del grito a la Palabra,
http://ortizpozo.blogspot.com, mayo 2007.
6. El Otro lado del Arte, Catálogo. Cien Obras de la
Colección del Museo Salvador Valero (autodidactas), Universidad de los Andes,
Venezuela, septiembre 2000.
7. Aníbal Ortizpozo “Pueblos Indígenas. Robo descarado de
recursos biológicos, genéticos y conocimientos ancestrales” Periódico Nasun
(Nosotros), 3 de octubre 2008, Revista ENCONTRARTE Nº 121, enero 2010
8. Daniel Mato, Coordinador “Estudio y otras prácticas
intelectuales latinoamericanas en Cultura y Poder” Caracas, marzo 2002.